Soy un
tío moderno, así que, por no variar, estoy enganchadísimo a Twitter. Lo tengo
en español (la nostalgia me puede a veces), así que la lista de trending topics es también la de España.
Ayer al salir del trabajo me lancé a “twittear” como si me fuera la vida en
ello, que había tenido un día bastante estresante en la oficina y necesitaba
desconectar. Uno de los temas del momento era de los más geniales que he visto
últimamente: #modernizaunrefran. A mí siempre me han gustado estas frases
populares que todo el mundo se sabe de memoria y que van de padres a
hijos sin saber muy bien de dónde han salido. Algunas son la leche, no solo por lo
acertado de lo que dicen, sino por la guasa que se gastan. Así que aparqué por
un momento mis ralladuras y me puse a buscar algo ingenioso.
Se me
ocurrió una de aquellas míticas frases que las chicas escribían en
las carpetas cuando yo estaba ya en la universidad y pescaba en los últimos
cursos de instituto. ¿Quién no conoce el “dime con quién andas y si está bueno,
me lo mandas”? Pues yo lo hice mío para versionarlo en 140 caracteres. De
frase adolescente a refrán popular en cero coma. El resultado fue un “dime cómo
te masturbas y te diré qué disfunción sexual te espera”. ¿Suena a amargado?
Pues con razón. Ayer dediqué todo mi lunch
a leer artículos sobre algo de lo que yo no era muy consciente hasta ahora:
las repercusiones de la masturbación en el sexo en pareja. Resulta que dicen que
dependiendo de cómo lo hagas, del ritmo y de la cadencia o incluso de la
frecuencia con la que le des a tu mejor amigo, así rendirás luego en la cama.
Que si estás muy acostumbrado a la velocidad, te costará esperar a la hora de
eyacular y que si ella no te da el mismo compás, puede que ni se te ponga dura.
La
cuestión es que, como el 99% de los tíos, yo me masturbo. ¿Para qué negarlo, si
es algo de lo más común y normal? Y aunque tenga sexo –me refiero a hacerlo con
alguien-, me gusta darle también en solitario. Nunca he pensado que haya nada
raro en mi forma de masturbarme, pero llegados a este punto ya no lo sé. Tengo
que comentárselo a Stephen mañana. A ver qué opina él. A veces me dan ganas de
preguntarle si alguna vez pone en práctica todas esas teorías sobre las que
despotrica. Tiene pinta de llevar años a pan… y Guinness.
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