Todavía recuerdo como si fuera ayer la primera (y única) vez
que leí el prospecto de Levitra. Parece que han pasado siglos desde entonces y
en realidad no hace ni medio año. Pero con la cantidad de cosas que he vivido
en todo este tiempo, tengo la sensación de que me he echado vario un siglo a
las espaldas. A veces cuando me paro a pensarlo me da hasta vértigo. Y es que
he pasado de ser un crápula viva la virgen a un monje que se mete en casa porque
necesita descansar del sexo. ¡Del sexo! Suena a aberración, a blasfemia. Seguro
que en alguna parte del Infierno estará Casanova retorciéndose de decepción. Es
lo que hay. Desde que lo he dejado con Anna no acabo de sentirme a gusto.
Tampoco es que haga mucho por mejorar. Los de la pandilla no paran de insistir
para ir de birras después del trabajo o para organizar alguna cosa los findes y
a veces me apunto, aunque casi prefiero tomarme un vino tranquilito por ahí con Miguel y Carlos. No me apetece tanto barullo alrededor.
Y os preguntaréis vosotros a cuento de qué vuelvo hoy a
repasar cuando todavía estaba dándole vueltas a lo de las pastillas para la
impotencia. Leyendo el prospecto tuve la sensación de que todo aquello iba a
hacerme explotar el pito como mínimo. El lenguaje técnico y la lista de
contraindicaciones, efectos secundarios, precauciones y advertencias varias son
capaces de acojonar al más valiente. Yo, que soy un cagado hipocondríaco,
estaba que me moría de los nervios. Al final me pudieron más las ganas y decidí
arriesgarme. Al fin y al cabo, mi urólogo me lo había recomendado, así que no
podía estar tan mal. En la página donde compré Levitra online, el equipo médico
tampoco vio ninguna incompatibilidad con mis informes de salud. Tiré para
adelante.
A veces me pregunto qué es lo que hace diferentes a Cialis,
Levitra y Viagra. He leído que cada uno tiene un principio activo propio
(tadalafil, vardenafil y sildenafil, si no me falla la memoria), pero sigo sin
entender por qué hay tres tratamientos para la impotencia distintos cuando al
final funcionan todos de la misma forma. Si bien lo pensáis, se trata de
elementos que ayudan a mejorar el riego en la zona. Supongo que la explicación
científica será más larga, de todas formas. A lo mejor es que los principios
activos, aunque actúan igual, vienen con su propia trastienda. Que unos tienen
más posibilidades que otros de causar reacciones o efectos secundarios. No sé.
Lo único seguro es que a mí Levitra y Cialis me funcionaron bien.
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