No
llevo la cuenta exactamente de cuándo tome por primera vez las pastillas para
la impotencia, pero creo que fue hace dos semanas. Desde entonces no he tenido
ningún problema más a la hora de hacerlo. Básicamente porque la función de
Levitra es precisamente esa, claro. Solo faltaría que no se me pusiese dura
cuando uso un dilatador de los vasos sanguíneos. Entonces apaga y vámonos. Eso
sería tan patético que se me quitarían las ganas de acostarme con una mujer
para siempre. A lo que me refería es a que no sé si es por sugestión o por qué,
pero me noto más suelto en la cama. Creo que podría conseguir tener una erección
yo solo, sin ayuda de estas píldoras. Me di cuenta de que tenía impotencia (o
principios de impotencia, para mi forma de ver) porque aunque podía excitarme
perfectamente mientras me masturbaba, me costaba mucho conseguirlo durante la
penetración. Ahora, las últimas veces que lo he hecho mi cuerpo ha reaccionado
perfectamente. Gracias al Levitra voy recuperando confianza y por las mañanas
rara vez no aparezco con la tienda de campaña plantada, que decíamos cuando era
un adolescente.
Empieza
a darme un poco de pereza lo de ir al psicólogo. Quizás podría pasar ya de la
terapia conductual. Al fin y al cabo el objetivo principal era superar la
impotencia. Ahora estoy teniendo sexo otra vez y vuelvo a disfrutarlo. Por esa
regla de tres, estoy curado. Claro que me falta comprobar cómo rindo sin la
ayuda de los medicamentos para la impotencia. Al no ser un tratamiento diario,
sino que se toma solo en las ocasiones en las que uno intuye que puede tener
tema, puedo dejarlo cuando quiera. No es como si fueran antibióticos, que
pierden efectividad si interrumpes la
toma antes de tiempo. Por una parte, me gustaría intentarlo con Anna sin haber
usado Levitra. Para ver si respondo bien. Pero también me da vértigo volver a
la mierda de antes y empezar a rallarme otra vez. Las cosas van mejorando en
general, no quiero dar un paso atrás. Sobre todo porque el verano es mi época
fetiche y si me entra el bajón sé que no seré capaz de remontar. Tengo la libido por las nubes y cada vez que me veo con mi chica no pienso en otra cosa
que no sea llevármela a la cama.
La
semana que viene tengo cita con mi urólogo. ¿Quién me iba a decir que sería un
habitual de su consulta? Yo, que en mis cuarenta y tantos había ido poco más de
diez veces al médico. Quiero que me haga un chequeo completo para ver cómo
estoy ahora. La última vez me había dicho que no había ninguna circunstancia
física que causase mi disfunción eréctil, que probablemente se trataba de algún
problema de orden psicológico. Precisamente para eso tenía yo a Stephen, para
solucionarlo. Pero me estoy cansando. El calor de Londres (sí, hace calor por
fin) me hace sentir perezoso. Solo quiero que me den el alta y me dejar de
llevar el sambenito de impotente a cuestas. A ver si me aclaro sobre cuándo
puedo intentar pasar a la acción sin Levitra por fin.
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