Lo de la alta política española es un sinvivir. La verdad es que antes leía los periódicos de vez en cuando, pero ahora lo hago más a menudo. Aunque solo sea por la intriga de ver cómo va la historia con Bárcenas o si ya han enchironado a Urdangarín o no, vamos. La Familia Real es todo un filón en este sentido. Es que no hay día en que no nos sorprendan con alguna historia nueva. ¡Quién los ha visto y quién los ve! Si yo me acuerdo de mi abuela, que veneraba al Rey como si fuese un santo o un caballero andante. Le gustaba todo de él, hasta sus andares. Lo veía tan galante, tan serio, tan campechano y tan buen tío que a su lado Franco era como el patito feo. Y eso que mi abuelo había servido en la Guerra en el bando nacional, no os creáis.
Lo que han cambiado las cosas. Ayer estuve viendo en streaming las noticias de la noche en "La Sexta" y me sorprendió lo viejo que está el Rey. Lo veo incluso hinchado, con un color de piel poco natural. Ya sé que éstas son las típicas cosas en las que se fijan las tías, pero yo soy muy observador. Al fin y al cabo, me dedico a planificar campañas de marketing, así que se supone que tengo que tener un buen ojo para identificar oportunidades de mercado y ver qué quiere o necesita la gente. Y, a veces, en eso importa más un gesto o una expresión que todo lo que las palabras puedan decirnos. Pues eso, que yo al Rey lo veo un poco de capa caída. A lo mejor es que le pesa la corona, tanta cacería en Botswana o los enanos que le crecen en el jardín de la Zarzuela. O será que se está haciendo mayor y ya no está para tanta marcha como dicen. Me hace gracia lo mucho que su perfil me recuerda a una caricatura. Es que los Borbones han nacido para ser carne de cañón, de viñeta cómica o satírica. A nada que le pintes una nariz un poco más larga, ya tienes todo un personaje de humor. Tampoco es que ayude su tono de voz y ese deje gangoso.
Y ahora vuelve a ser noticia porque tiene que operarse de nuevo. ¿Cuántas van ya? ¿100? En la Seguridad Social deberían darle un diploma al paciente más fiel, con su foto para la prensa y todo. O darle un cupón de descuento para su próxima operación. Bueno, tampoco es que se lo merezca del todo. Al fin y al cabo tira bastante de clínicas privadas. Además, el cirujano que va a operarle hoy viene exclusivamente desde Estados Unidos para él. Eso sí que es tener privilegios y el resto son tonterías. De algo tiene que servir ser rey, aunque sea en pleno siglo XXI y ya no tengas súbditos sino conciudadanos más que rebotados contigo y toda tu familia. Pues resulta que se le ha complicado la recuperación de la última intervención y le han aconsejado que pase otra vez por quirófano. A ver si a la segunda va la vencida. Mientras tanto, el pobre del Príncipe deshoja la margarita pensando si llegará o no a suceder a su padre. Yo creo que a Letizia le haría mucha ilusión verse enfundada en el papel de reina… consorte. La sonrisa de porcelana ya la tiene. Queda simplemente que ponga en práctica el resto del papel (sea lo que sea que se espera de ella).
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