jueves, 25 de abril de 2013

El día que comencé la terapia





Fue uno de los peores que recuerdo. Los he tenido malos, como todo hijo de vecino, pero aquél fue especialmente crítico. Para un tío de 40 tacos, que le digan que tiene que ir a contarle sus batallitas a un psicólogo es un trago difícil de asumir. Sobre todo si hasta el momento te creías un Superman en muchos terrenos. La cuestión es que en ese momento estaba tan jodido que no veía mucho más allá. Había hablado con un compañero del trabajo y él me había recomendado esa solución. Me recomendó una terapeuta muy buena, pero entre que era una mujer (me daba rollo hablarle a ella de mi problema) y que tenía la consulta bastante lejos de mi casa, decidí buscarme algo más a mano. Si tengo que perder el tiempo en terapias conductales, por lo menos que no tenga que invertir cuatro horas en ir y venir haciendo cambios en el metro. 

Por no variar, eché mano de Internet para buscar y ésa fue otra movida. ¿Alguien tiene idea de cuántos consejeros sexuales puede haber en una ciudad como Londres? Al final me lo jugué todo a una carta, en plan ruleta rusa. Me quedé con el número de un gabinete de psicoterapeutas y consejeros que tiene un par de clínicas en Londres y parecía muy profesional. Profesional y elegante, a decir verdad. La página web me inspiró confianza y, además, una de las dos consultas está en la City, a un tiro de piedra de donde vivo. 

En la lista de terapeutas vi a uno llamado Chuck y en ese momento deseé que fuera el mío. Por Chuck Norris, claro. No hubo suerte, éste está especializado en otro tipo de problemas. A mí me derivaron a Stephen. Tiene cara de buenazo, pero en la sesiones no tiene demasiada piedad. Es de los que va al grano y cuando nota que te vas por los cerros, te corta en seco. Las primeras preguntas me hicieron creer que estaba en una película de Woody Allen. Para darle de comer aparte, el tal Stephen. Pura originalidad:
- ¿Podrías describir tu problema? 
- ¿Cuándo lo notaste por primera vez?
- ¿Ha empeorado la situación en este tiempo?
- ¿Por qué has decidido recurrir a la terapia sexual?
- ¿Cómo afecta este problema a tus relaciones personales?

No hay comentarios:

Publicar un comentario