Desde que empecé a escribir este blog, han sido muchos los hombres con mi mismo problema que se han puesto en contacto conmigo. Algunos han querido mostrarme su apoyo, otros me han agradecido el valor de intentar explicar cómo se siente un hombre ante la impotencia, los menos se han burlado de mi historia. Me siento cada vez más cómodo en mi faceta de blogger y realmente la estoy disfrutando. Me sirve de válvula de escape cuando me siento agobiado. Entre mi trabajo y mi caótica vida personal, hay días en que creo que me volveré loco. Hasta ahora no había sido demasiado consciente de cuánta falta me hace tener tiempo para mí, solo para mí.
Además de las opiniones generales que he ido recibiendo, también he tenido algunas preguntas sobre la página web a través de la que he estado comprando mis pastillas para la impotencia. No pensaba que fuese a llamar tanto la atención el simple hecho de que haya decidido hacerlo online en lugar de ir a una farmacia física, la verdad. Para mí es algo bastante natural, teniendo en cuenta que me paso casi las 24 horas del día conectado a mi iPad, mi iPhone, mi Mac y toda la familia. Soy un hombre tecnológico, lo analógico me resulta lento y pesado. Así que no hay nada más cómodo que descargarte la app de la clínica online de turno y hacer un pedido a golpe de click. Vale que no puedes ver a las personas que lo están tramitando por ti, pero tampoco creo que sea del todo necesario. Si la página tiene los certificados de seguridad necesarios y usa Trustpilot para homologar los comentarios de sus clientes, no necesito mayor garantía.
Hasta el momento, no tengo ninguna queja de 121doc. El sistema es rápido, los tratamientos son siempre originales y la atención es exquisita. Vale, ya sé que esto suena a rollo barato de un pelota que busca que le hagan un descuento en la próxima compra dándoles un poco de vaselina. En absoluto. Lo que quiero es tranquilizar a todos los que me siguen y tienen algún tipo de duda al respecto. En serio, tíos, no tiene nada que ver con esas páginas rollo spam que salen como setas y prometen venderte Viagra a precio de gominolas de supermercado. Sinceramente, no sé cómo alguien puede picar en algo tan básico. Solo con saber el precio real de los medicamentos en cualquier farmacia ya se puede deducir que se trata de un timo. Entiendo que la gente desconfíe de la venta de medicamentos en Internet, pero a veces nos llevamos gratas sorpresas. Yo le concedí el beneficio de la duda en su día y no me arrepiento. Es más caro, pero también es más discreto. Por mucho que estés en Londres, siempre da un poco de palo irte a la farmacia de turno a explicarle a un desconocido que tus erecciones no son que digamos… potentes.
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