jueves, 5 de septiembre de 2013

¿Se puede ganar dinero con un blog como éste?


Ya sabéis que cuando mi terapeuta, Stephen, me sugirió que creara un blog anónimo para desahogarme  y hablar de mi problema sexual sin tener que dar la cara no lo veía demasiado claro.  La verdad es que nunca me había llamado la atención tener una página personal. Me paso unas 18 horas -como mínimo- pegado a mi tablet, al Mac, al iPhone consultando analíticas, tasas de conversión, porcentajes de rebote, etc. como para apasionarme con un proyecto a mayores. Pero como el tío insistió y formaba parte de su idea del tratamiento, acabé por hacerle caso. Todavía recuerdo lo desganado que me senté delante del ordenador una mañana de jueves (que es cuando voy un poco más libre) para empezar a escribir sobre mí. Me costó Dios y ayuda, por no decir otra cosa. Desde fuera parece muy sencillo. Al fin y al cabo lo único que tienes que hacer es contar lo que se te pasa por la cabeza, ¿no? Pero de eso nada. Se necesita un plan, una idea, una historia que contar. Tampoco sirve con soltar la primera chorrada que se te viene a la cabeza (aunque yo a veces reconozco que lo hago).

Lo del blog tengo que reconocer que me está resultando muy útil a nivel personal. No sé si conseguirá algún día que recupere mis erecciones al 100%, pero puedo decir que en parte soy un hombre nuevo. Es como un refuerzo de la terapia conductual. Está claro que no puedo tener a un psicólogo disponible para mí 24/7 (que dicen los ingleses), así que el poder canalizar mis sensaciones a través de esta página semi-anónima es una buena solución para no tener que tragarme mi propia mierda. Estoy tan satisfecho con este proyecto de blog que me quedé bastante sorprendido hace unos días al recibir una oferta de una empresa online. Resulta que me presentaban una estrategia según la cual puedo sacarle una tajada nada despreciable a mi página cada mes. Evidentemente, no me coge de sorpresa este tipo de propuestas porque me muevo en este terreno. Pero como nunca me había planteado el blog en términos de rentabilidad, reconozco que ni había pensado en ello.

Ahora tengo sobre la mesa la oferta en cuestión y tengo que decir que me lo estoy pensando muy seriamente. Rentabilizar un blog no es nada difícil si uno se lo monta bien. La manera más fácil de conseguirlo es haciendo afiliación. Para que lo entendáis mejor: se trata de convertirse en una especie de página subcontratante de la principal. Diriges tráfico desde la tuya a la suya y recibes comisiones variables en función del volumen de visitas y/o de ventas que les consigas. Vamos, que es como sentarse en el sofá de casa y ver la vida pasar mientras alguien va llenando tu hucha poco a poco. El trato sería que yo siga con la misma línea de artículos que llevo ahora, hablando de mí mismo, de cómo me siento y de la evolución de mis problemas de erección. ¿De dónde sale entonces la pasta? Pues de la colocación de banners en mi blog. Yo promociono de forma indirecta sus productos y ellos me destinan un porcentaje de los ingresos que consigan. No creáis que me estoy vendiendo. Solo quiero jugar bien mis cartas. 

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